Hallan en San Pedro un barco "fantasma"

Hallan en San Pedro un barco "fantasma" desaparecido hace casi 100 años

Iba de Buenos Aires a Corrientes, llevaba siete tripulantes y lo buscaban desde 1921.

Cuando se confirmó que se trataba del Carmen Ligera, Aguilar se dirigió al lugar del hallazgo junto con otro integrante del Museo, Javier Saucedo. “No tuvimos otra forma de llegar que en lancha y debimos anclar en la boca del arroyo", describe el director, que sonríe por su pequeña epopeya: "Los últimos doscientos metros los hicimos en kayak porque, en esta parte, por la bajante del río, la profundidad es muy escasa”.
Aguilar, que en realidad es técnico químico, le imprime al relato un entusiasmo y heroicidad no deliberados: “Llegamos al barco con toda la fortuna de que ese día -de la semana última- hubo una bajada aún mayor que en los días previos, por lo que no solo se veía la proa, sino la barcaza en toda su extensión

Avistaje. Gracias a que el río se encuentro un metro más bajo que lo habitual, un pescador deportivo se topó con el esqueleto del viejo navío. 
 Los siete tripulantes, que navegaban con mercaderías valuadas en sesenta mil pesos oro de la época, lograron escapar en un pequeño bote salvavidas para ser rescatados, luego, por otro buque que pasaba por el lugar", información que pudo conseguirse gracias a crónicas de la época, más puntualmente, del diario El Independiente, fundado por Alejandro Mascetti, abuelo del conocido periodista César Mascetti. "Los miembros de la tripulación fueron trasladados a la dependencia de la Prefectura de San Pedro, donde se tomaron las declaraciones pertinentes y se registró el naufragio en el Libro de Guardia correspondiente", puntualiza Aguilar a partir de la información suministrada por la buena predisposición de Alejandro Herenú, prefecto de la zona.

El buque, de unos 18 metros de largo y construido con madera muy resistente -lapacho y quebracho-, se lo ve hundido casi en un cincuenta por ciento, y luce cubierto por sedimentos acumulados durante casi un siglo, "por lo que su rescate es una tarea titánica y un dineral que nadie está en condiciones de materializar", se resigna Aguilar.
Finalmente, enfatiza el valor del hallazgo a partir del cambio de la geografía. "Es que cuando el buque navegó esos parajes, el lugar era muy diferente. Hace cien años, una pequeña isla dividía al curso del río y los buques pasaban de uno u otro lado de aquel islote. En aquel momento, el Carmen Ligera navegaba sobre el lado de la isla que daba a la costa entrerriana". Pero con el paso del tiempo, la isla se fue modificando "hasta unirse al continente y aquel brazo de río por donde navegaba se transformó en un pequeño arroyo con escasa profundidad".




 

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